Una sociedad hipnotizada


Por: Joaquín Baena Arevalo

A través de la historia de la humanidad se han utilizado diferentes maneras para que unas minorías sometan a unas mayorías y depongan sus intereses en favor de los intereses minoritarios. En el Esclavismo había la relación esclavista-esclavo y todo un aparatejo de sometimiento llamado “Estado”. El Estado desde su formación cumple la función de garantizar un orden, el orden del sometimiento, de la libertad de poder, de educar con los propósitos del poder y que una gran masa sea sometida, pero además de la fuerza, aparecen las instituciones jurídicas, políticas, religiosas y otras que fueron adquiriendo complejidad de acuerdo al mismo desarrollo socioeconómico.

Los señores feudales y los burgueses utilizaron la fuerza para imponer sus condiciones; lógicamente aderezadas por una serie de instituciones que contribuían con la enajenación a mantener el status quo, era la fuerza física de las mejores herramientas para someter, desmovilizar y controlar cualquier levantamiento. Estas conductas nunca tuvieron sanciones morales ni jurídicas; en el esclavismo por ejemplo, el esclavista podía dar muerte al esclavo, lo cual era moral y jurídicamente válido, claro que en el capitalismo también se puede dar muerte cuando la corrupción roba los dineros de la salud y ésta es mirada como rentabilidad económica y no como priorización de la vida, sino miremos las limitaciones que tienen los galenos en nuestras IPS para recetar medicamentos, tienen unos límites y parámetros que son económicos y no de la vida. En MEDIESP la atención a los maestros además de tardía es de muy mala calidad.

En los tiempos actuales el neoliberalismo ha suplantado las relaciones de fuerza por relaciones de colonización de la subjetividad, ya no va solo por la plusvalía si no por el alma de la colectividad, controlando la cosmovisión social y generando una «común-unidad» de servidumbre y obediencia con un corifeo total con los significados que desde el poder comunicacional imponen para que sea cacareado, repetido por la sociedad; frases, como vándalos y perezosos adjetivan a todo aquel que piensa diferente o se manifiesta en la protesta civil, de igual manera el calificativo de delincuente y facineroso al que en la confrontación política se decide por las armas; soy enemigo de la lucha armada pero un alzado en armas ideológicamente en la confrontación política no es un delincuente.

Lo importante en la nueva modalidad semiótica del neoliberalismo no es informar, es comunicar que es otra cosa, agitar, crear odios hacia todo aquello que atente a su estructura socioeconómica; convertir a sus verdugos en sus propios defensores; lo más grave y deshonroso es que lo están consiguiendo con los más pobres, los lumpen, la escoria social, y una masa enajenada que defiende a sus verdugos.

Los nazis pregonaban que había que culpabilizar a la oposición de todos los males; eso es justamente la estrategia del neoliberalismo, convertir a las personas en cosas, cosificarlos, hacerlos objetos y ponerlos a repetir las mismas frases vacías de siempre, controlando el comportamiento, la capacidad crítica; con el apoyo de las TIC, la TV y la prensa construyen una sociedad obediente, hipnotizada, le hacen creer que ser alternativo es ser vándalo, perezoso, atracador, creando repulsión hacia todo aquel que se atreva a pensar diferente, se ensañan en un aplanamiento mental, donde no puede existir pluralidad y convivencia sino la enemistad, la inquina y el rencor.

En nuestra sociedad se cumple el mito de Sisifo, aquel personaje de la mitología que desafío a Zeus y fue castigado con subir una pesada piedra a una montaña pero cuando iba llegando la piedra se caía y tenía que hacer la misma tarea indefinidamente; el hombre actual se levanta, desayuna, va al trabajo, almuerza, nuevamente al trabajo o estudio, cena, ve TV, duerme y en su ritmo de vida cumple el mito de Sísifo; este hombre no tiene posibilidad de información, solo la comunicación torcida del poder comunicacional que lo hipnotiza, le coloca ojeras y lo pone a mirar el mundo como lo mira el poder comunicacional que es el poder económico, este ciudadano recibe la “verdad comunicacional” casi de manera religiosa, infalible y se convierte en un perro feroz ante sus propios hermanos para defender su esclavitud mental.

El neoliberalismo se vale de muchas herramientas comunicacionales y subjetivas, una de ellas son las nuevas corrientes de terapias cognitivas que nos quieren hacer creer que “querer es poder”, que puedes ser empresario, que puedes ser emprendedor, que puedes ser millonario, la superación del YO, que todo lo puedes, lo cual se constituye en basura de slogans y terapia cognitiva en tanto que, sin ser negativo, para emprender en lo académico y lo empresarial, se requieren de unas condiciones estructurales que no se dan en estos países, además que el SER, indispensable en el éxito requiere de formación pedagógica y es totalmente ausente en nuestros planes escolares, el SER tiene que ver con los valores y principios.

Hay países europeos que dentro de la misma estructura capitalista te garantiza la educación y una valoración de tus saberes, posibilidades laborales con condiciones mínimas de calidad de vida, lógicamente que son países con grados menores de corrupción con relación a los países tercermundista. El neoliberalismo, que es la mutación del capital industrial al capital financiero, produce sus mayores estragos en los países tercermundistas, dependientes y con gobiernos arrodillados al voraz capital de la banca internacional, preñados de corrupción y vinculados al narcotráfico, lo cual no deja posibilidades de garantizar una vida digna a la mayoría de la población que vive en la pobreza y la miseria y en donde el hampa actúa en complicidad con poderes institucionales.

La pornofonía, o sea música ausente de poesía, solo ofrece invitaciones a la droga y el sexo, con microfoneros de cadenas radiales que hacen parte de ese poder hipnotizador, integran esta cultura de la idiotización. Los griegos llamaban “Idiotez” a los despreocupados de la res-publica e indiferentes a los asuntos de la Polis y de ahí el término política. La música en esta presentación de drogas y conductas atrabiliarias se incorpora con sus propósitos al cuadro de manipulación y obediencia colectiva, a la bobera mental, por eso contratos como los de un billón de pesos,para siembra de árboles hacen parte del espectáculo de corrupción diaria y de normalización al asalto al presupuesto público.

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