Pueblo fantasma

Por. Joaquín Rojano de la Hoz*

Un cuento para estos días en que la Canciller reemplaza el concepto de «desplazados» por «migrantes» y los victimarios Londoño y Mancuso al pedir perdón se declaran “antes que nada víctimas”. La periodista @catalinarojano columnista de opinión en @elheraldoco se pregunta: “¿Los absolverá la historia?”

Escuela de Callejas (Córdoba) Los niños teatralizan la obra Mortaja de Jorge Rosales de la Horca:

  1. (Una mujer llora frente a dos ataúdes) «Eran muchachos de la pobrería, se fueron al monte para militar. La pobre madre llora a sus hijos, en una caja los vio regresar».

Coro A: «Mortaja tú, mortaja yo, la caja negra te va a pintar».

  1. (Suenan balazos, un campesino mira asustado y huye) «De Tierralta a mí me botaron, en tierra baja me refugié. ¡Ay! menos mal que no me abalearon, ¡qué buena suerte! ¿cómo la ve, usted?».

Coro E: «Mortaja tú, mortaja yo, la caja negra te va a cogé»

  1. (Cuatro militares apuntan hacia el público) «Mancuso, Berna y Jorge Cuarenta mataron más de quinientos mil. Carlos Castaño inició la cuenta, de pronto son novecientos mil».

Coro I: «Mortaja tú, mortaja yo, la caja negra no tiene fin».

  1. (Un niño hace de Cristo, suenan disparos, corre un gallo negro) «Cristo murió a las tres de la tarde. ¡No sé a qué hora moriré yo! Las metralletas están que arden y el gallo negro, coscoroyó».

Coro O: «Mortaja tú, mortaja yo, la caja negra ya te acabó».

  1. (Un niño desplazado canta sin voz) «Tampoco soy un descabezado que flota ausente en el río Sinú. De tantos miles soy desplazado de quien ninguno dice ni mu».

Coro U: «Mortaja tú, mortaja yo, la caja negra de Belcebú».

De pronto sonaron miles de balazos de verdad. Los padres despavoridos recogieron a sus hijos y cogieron camino. El gallo negro iba detrás, y el pueblo se volvió un fantasma más.

*Escritor y Docente Universitario

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