La cifra de muertos por el terremoto que sacudió el sábado pasado el suroeste de Haití llegó a 1.419 personas, anunciaron este lunes las autoridades del país.
El temblor de tierra de magnitud 7,2 también ha causado al menos 6.900 heridos, según el balance oficial anunciado este lunes por Protección Civil, organismo ocupado de organizar la respuesta al terremoto.
La gran mayoría de las víctimas mortales se han registrado en el departamento del Sur (1.133), cuya capital es Les Cayes, mientras que el resto corresponden a los departamentos de Grand Anse (162), Nippes (122) y Noroeste (2).
El primer ministro, Ariel Henry, dijo en una rueda de prensa que las ayudas y donaciones recibidas se están canalizando hacia las poblaciones más afectadas, a través de Protección Civil y bajo la supervisión del Centro de Operación de Urgencia Nacional (COUN).
«Acabamos de tener una reunión de gabinete extraordinaria en una situación excepcional. En este consejo de ministros, revisamos lo sucedido. Hicimos un balance, pero también hicimos un balance de nuestras necesidades. Habíamos decidido no seguir haciendo lo que se hizo en 2010 cuando se hicieron donaciones al país y se gastaron fondos sin ver su impacto», dijo Henry, en alusión al terremoto de 2010.
En la misma rueda de prensa, el director de Protección Civil, Jerry Chandler, valoró que el país está recibiendo apoyo de varios países de la región.
«Continuamos trabajando con nuestros amigos de la comunidad internacional. Muchos de ellos nos han ofrecido venir en nuestro apoyo. De ayer a hoy, tenemos Estados Unidos, Venezuela, Colombia, México y seguramente, la República Dominicana que de manera concreta ya han aportado su apoyo para ayudar en esta catástrofe que acabamos de vivir», afirmó Chandler.
El terremoto de magnitud 7,2 en la escala de Richter se registró a las 08.29 hora local (12.29 GMT) del sábado pasado, a unos 12 kilómetros de la localidad de Saint-Louis du Sud, con hipocentro a 10 kilómetros de profundidad.
Tras una angustiosa noche de réplicas, máquinas pesadas, camiones y retroexcavadoras se dedicaron a trasladar losas de cemento de los edificios derrumbados en la localidad de Los Cayos, cerca del epicentro del terremoto.
Los esfuerzos para ayudar a las víctimas podrían verse obstaculizados a medida que se acerca la tormenta tropical Grace, con la posibilidad de que se produzcan lluvias torrenciales e inundaciones, según el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos.
El Ministerio de Salud envió personal y medicamentos a la península del suroeste, pero la logística de emergencia también se ve comprometida por la inseguridad que asola Haití desde hace meses.
La única carretera que une la capital con la mitad sur atraviesa en poco más de dos kilómetros el barrio pobre de Martissant, que está bajo el control de bandas armadas desde principios de junio, impidiendo la libre circulación.
Los pocos hospitales de las zonas afectadas tienen dificultades para prestar atención de urgencia.
El primer ministro Ariel Henry, que declaró el sábado el estado de emergencia durante un mes en los cuatro departamentos afectados por la catástrofe, agradeció el domingo a la comunidad internacional.
El trauma del sismo de 2010
El país más pobre de América aún guarda en la memoria el terremoto de magnitud 7 del 12 de enero de 2010, que dejó gran parte de Puerto Príncipe y las ciudades cercanas en ruinas polvorientas.
Más de 200.000 personas murieron y otras 300.000 resultaron heridas, mientras un millón y medio de haitianos se quedaron sin hogar.
Los esfuerzos del país por recuperarse de la catástrofe se vieron frenados por la grave inestabilidad política.
Once años después, la isla sigue sumida en una aguda crisis sociopolítica, agravada por el asesinato del presidente Jovenel Moise el mes pasado.
EFE y AFP