La importancia de los datos

Por: Víctor Herrera Michel

Llama poderosamente la atención la polémica nacional originada por la declaración del Registrador Nacional del Estado Civil, Alexander Vega Rocha, en el sentido de manifestar su desconfianza sobre los datos que entrega el Dane (Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas), que orienta Juan Daniel Oviedo. Primero porque ambas son entidades del Estado. Y Segundo porque estamos en época previa a la realización de varias elecciones: por primera vez la de los Concejos Municipales y Locales de Juventud en un mes y las de Congreso de la República y las presidenciales, en el primer semestre del próximo año.

Son tan importantes estos datos que el propio Ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, que también forma parte del actual gobierno, expresó que, para una efectiva asignación de recursos del gobierno nacional en todo el territorio, es necesario hacer claridad sobre las cifras de población vigentes.

Lo cierto es que vale la pena preguntar: si precisamente un funcionario de tan alto nivel y de tamaña responsabilidad (Registrador Nacional )en el tratamiento de los datos, que determinan unas elecciones como base fundamental y práctica del sistema democrático, quien duda de las cifras y números del principal ente gubernamental que los maneja (Dane), que podemos esperar entonces del ciudadano común y corriente que no solo recibe la información con base en estos datos sino que toma las decisiones de elegir o ser elegido dentro de las reglas de juego del tipo y grado de democracia que tenemos..?

Independientemente de este incidente de marca mayor, sin lugar a dudas lo recomendable es que la entidad que arroja datos tan importantes como el censo poblacional, el censo electoral, los índices de pobreza, el IPC, el PIB, los datos de inflación, las estadísticas de empleo y muchos otros en las temáticas de Economía, Sociedad y Territorio no deberían estar en manos del gobierno y, peor aún, depender directamente del presidente de la república que tanto poder tiene en nuestro país. Hasta el punto en que han sucedido casos en los cuales los directores han tenido que renunciar de la entidad simplemente porque sus cifras contradicen algunas orientaciones del gobierno o van en contravía de sus intereses y/o de su popularidad. Sería mucho más equilibrado y objetivo que exista una entidad con autonomía propia, independiente y blindada contra cualquier intromisión gubernamental y que incluya a los centros de investigación y a las instituciones académicas destacadas en el área de tratamiento de datos. Sobre todo, porque hay gobiernos, en todos los niveles, que manipulan los datos con el fin de mostrar una gestión positiva u ocultar una negativa.

Hoy el mundo obliga a un decidido tratamiento de los datos, sobre todo en las entidades de gobierno que procuran una gestión pública transparente.  Casi todas las actividades – tanto públicas como privadas –se desarrollan alrededor de los datos. Un ejemplo actual son las denominadas redes sociales, como Facebook, Instagram, Tik Tok, etc.– que fundamentan su avasallador crecimiento justamente en el tratamiento y el manejo de los datos. Con base en ellos y con sus fórmulas y algoritmos llegan hasta a manipular a sus usuarios y los guían hasta obtener su objetivo –a veces, sin mayor escrúpulo– de mantenerlos inmersos y en contacto el mayor tiempo posible, pues ello es el insumo que les permite realizar su negocio.

Incluso el ejercicio del periodismo ahora se destaca por el tratamiento de datos. Un ejemplo reciente fue el escándalo de los “Pandora Papers” en el que participaron 600 periodistas de 17 países en el manejo de casi 12 millones de documentos.

@vherreram

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