Graves denuncias por mala atención, contra la Clínica General del Norte

En la Clínica General del Norte hay un caso que conmueve e indigna.

Se trata del caso de Bialys Piña Gutiérrez, una mujer pensionada del magisterio, que sufre múltiples afectaciones graves, entre ellas parkinson, alzheimer, hipertensión, convulsiones, picos febriles, escalofríos y alucinaciones, pese a lo cual el aparato administrativo de ese centro asistencial no le da la atención que su caso amerita.

De nada han servido los ruegos de Daniel Alejandro Baena Piña y su hermana, Alejandra Lynn Baena Piña, hijos de Bialys, para que la clínica le preste un servicio humanizado a su señora madre, quien requiere de cuidados especiales.

Afirman sus familiares que ella no puede hacer nada sola, ni caminar, ni ir al baño, ni alimentarse, ni estar de pie, además de sus malestares permanentes, cambios de temperatura, dolores, convulsiones y rigidez, trastornos por los que sus hijos y sus demás familiares le han implorado a la Administración de la Clínica y a la EPS Mediesp que le suministren el servicio médico en casa.

La señora Bialys Piña ingresó a la Clínica general del Norte el día 20 de febrero del presente año, por convulsiones debido a bajos niveles de sodio.

Cuatro días después de su ingreso a ese centro asistencial contrajo la bacteria estafilococos, por lo que se complicó gravemente su condición de salud hasta llevarla al borde de la muerte.

Estuvo intubada por mas de 10 días y posteriormente a su permanencia en UCI le hicieron un proceso de gastrectomía. Dos días después de ese ultimo proceso pretendieron darle de alta sin tener en cuenta las debidas precauciones con sus pulmones y traquea y con los cuidados especiales que va a necesitar en casa, pues aun no ha ingerido alimentos por vía oral y esto es algo que debe ser tratado primero en la clínica.

Bialys Piña es pensionada del Magisterio, por invalidez, pero su atención es muy precaria, pese al contrato existente entre el Estado y la clínica, hecho que se evidencia en la pésima atención médica y en la no entrega de medicamentos, cuyos gastos en su mayoría son asumidos por sus hijos.

Para la administración de la Clínica General del Norte han carecido de importancia los reclamos fundamentados de la familia, lo mismo que un derecho de petición presentado en la última semana del mes de marzo.

Mucho menos interés le han merecido conceptos médicos que indican que la señora Bialys Piña es candidata para una intervención en el cerebro, que le mejore la calidad de vida con relación al Parkinson. Tampoco han tenido en cuenta las recomendaciones de médicos como su neurólogo, Rodrigo Sequeira, quien planteó la necesidad de suministrarle el servicio de enfermera en casa, por su delicada y compleja situación. Ante esta última recomendación médica, el departamento de auditoría, que desde el punto de vista humano y medico no tiene ninguna relación con la paciente, rechazó la solicitud.

Otra característica de la pésima y peligrosa atención en la Clínica General del Norte es que a los pacientes les suministran agua corriente, de la llave, sin ningún tratamiento de filtración o purificación, pese al ambiente altamente propicio para el contagio con bacterias, tal como ocurrió con la señora Bialys Piña, a los cuatro días de haber ingresado a esa clínica. Y ni qué decir del trato inhumano con pacientes, que son obligados a bañarse en las horas de la madrugada, con agua fría, sin tener en cuenta su condición de salud, afirman sus familiares.

De este caso ya ha sido informado el despacho del Superintendente de Salud, Ulahy Beltrán, lo mismo que los organismos de control, ante esa situación que evidencia una clara violación de los derechos humanos, en cabeza de una paciente que está siendo sometida a una atención cruel que atenta contra su dignidad humana y contra su vida.

El sufrimiento de Bialys Piña, sus hijos y el resto de su familia continúa, ante la actitud impasible y perversa de los Administradores de la Clínica General del Norte, cuyos procedimientos confirman la necesidad de profundas reformas en el sistema de salud, para que la prestación de ese servicio deje de ser un lucrativo negocio.