“El electorado debe comprender que, si se quiere un presidente que transforme la situación lamentable que vive el país, éste necesitará de un congreso capaz de poner a Colombia en otra era”.
Gustavo Petro
Por: Joaquín Baena Arévalo

Al candidato presidencial Gustavo Petro sus opositores de grupos alternativos como también de otros sectores, lo han tildado de ególatra, prepotente y otros calificativos parecidos. Nada más alejado de la verdad, sin decir que el candidato no tiene sus vanidades, porque sería negar el envanecimiento propio de la naturaleza humana y liberarlo de ese engreimiento que el poder logra afectar de diferentes maneras a quienes tenemos la calidad de terrícola; la fama, el saber y el poder son honores no muy fáciles de manejar, soportable en aquellos que de una u otra manera tienen ponderada reputación, dice el adagio que no hay nada más detestable que un necio presumiendo, «el sabio hasta cuando calla dice más que un necio hablando”.
Se está llamado a una responsabilidad histórica y Petro se ha cansado de llamar a pesar de la indiferencia de la coalición de la esperanza a un pacto sobre lo fundamental, a la coalición de la esperanza y a todos aquellos demócratas y republicanos que quieran contribuir y superar los 100 años de violencia y exclusión a los que hemos estado sometidos, creo que la historia juzgará a los Robledos, a los Fajardos si perdéis estos momentos de efervescencia y calor como diría el tribuno del pueblo José Acevedo Gómez. Si es así, nos esperaran los grillos, los calabozos, las cadenas y los calificativos de sediciosos por 100 años más, que igualmente serán de soledad, pobreza y violencia.
Admiro el compromiso histórico de Gustavo Petro, su actitud demócrata que a pesar del desinterés de otras fuerzas, insiste en el llamado a un pacto para salvar a la patria, pero estas fuerzas supuestamente demócratas se niegan a llegar a acuerdos sobre lo fundamental, y prefieren henchirse en egos y vanidades, pero tildan de ególatra y vanidoso a quien clama por una unidad sobre puntos esenciales como las pensiones, la salud, la educación, servicios públicos, como armas para encontrar la paz y un verdadero desarrollo capitalista donde el microempresario tenga verdadero apoyo por el Estado y el emprendimiento deje de ser una falacia del psicologismo neoliberal.
No es cierto que Petro sea comunista, socialista o chavista, el poder mediático, la colonización subjetiva ha llenado de miedo a una sociedad que ya comienza a despertar y darse cuenta de muchas mentiras de la gran prensa, justamente el candidato de Colombia humana enarbola las banderas del desarrollo agro industrial pegado a una reforma agraria que permita transitar de una economía extractiva, chavista como la de Venezuela a una economía capitalista, que apoye el emprendimiento, democratice el capital, y tenga el Estado responsabilidad sobre los derechos fundamentales, ya que la educación, la salud y los servicios públicos no se pueden convertir en una vulgar mercancía.
Jamás se ha dicho que desaparecerán las IPS privadas, se ha dicho que podrán seguir existiendo junto con la red pública pero sin la intermediación de las EPS que se “abudinean” todo el dinero. Jamás se ha dicho que se va a hacer expropiación, se ha dicho que se aumentaran los impuestos sobre las tierras con más de mil hectáreas que siendo productivas sean utilizadas en pastizales y en la mal llamada ganadería extensiva que no hace más que generar atraso y ocultar los dineros del narcotráfico.es necesario que latifundio se vincule al desarrollo agroindustrial.
Esto de la reforma agraria no es una medida ni comunista ni socialista , ya la venía planteando Alfonso López Pumarejo con la revolución en marcha y Carlos Lleras Restrepo, las fuerzas democráticas deben unirse en un pacto histórico que permita ganar en primera vuelta y no dejar fisuras a la trampa en la segunda vuelta, de igual manera, tener claro que la elección de presidente y de congreso deber ir de la mano, nada hacemos si elegimos un presidente demócrata si simultáneamente elegimos un congreso corrupto y retardatario, si esto sucede, no hemos hecho nada.
Sabemos que la elección de la lista cerrada y con cremallera para el congreso de la República no deja de ser un problema, creo igualmente que se deben abrir espacios para la mujer, pero que estos deben abrirse bajo otra metodología, donde el mérito y otras ejecutorias lo justifiquen, deben ganarse sus espacios por sus capacidades y de verdad que las tienen, y muchas, pero no debe ser por imposición.
En las actuales circunstancias los 20 primeros puestos debe haber 10 mujeres y 10 hombres, pero de los partidos tradicionales vienen 5 o 6 senadores con credenciales, los cuales deben ser recibidos con generosidad, quedarían 4 espacios para repartirlos entre Colombia Humana, Polo Democrático, MAIS, Indígenas, UP, Todos Somos Colombia y un sector de los verdes; bastante difícil la cosa, debemos soñar con una votación histórica que ascienda a 35 o 40 senadores, sí lo podemos.
Me muestro de acuerdo con la sugerencia del distinguido jurista Alfonso Camerano quien opina que se debe llegar a un acuerdo de dos años cada senador, así se abrirán justas oportunidades a otras aspiraciones, sobre todo a aquellas que representan la renovación de nombres en el congreso para que este se oxigene y tome también un nuevo aliento, de hombres nuevos pero bien formados, prestigiosos, que también darían un ambiente renovador al congreso.
Un comentario realizado más con la mente, que con el corazón, práctico y sin apasionamiento que nos ofrece luces sobre el horizonte político nacional.
Acertado comentario sobre Gustavo Petro, nadie está más preparado para dirigir al país, lastimosamente las mentiras de sus opositores, sobre todo, del CD, tratan de opacarlo metiendo miedo a los electores con el cuento del comunismo, lo cual como lo ha demostrado, no es cierto pero sin embargo todavía hay muchos que creen esas mentiras. Los que creemos en el debemos apoyarlo y tratar de convencer a los que tienen dudas de sus capacidades si queremos un cambio inmediato