¿Desde dónde se construyó la indisciplina social?

Por: Rafael Sánchez Anillo.

En la última década nuestra querida Barranquilla ha sido construida desde las emociones y no desde la reflexión, la crítica y solidaridad. Desde una planificación bien pensada y estudiada por grandes estrategas del Neuromarketing, y pagado con recursos de los impuestos exagerados a los barranquilleros, con la tabla de cumplimiento: pagas o te secuestramos, embargamos o expropiamos el bien mueble o inmueble.

Los gobernantes de esta ciudad del nuevo siglo XXI, creen que su estrategia política ha sido la mejor, pero han dado el mal ejemplo de ser participe presuntamente de grandes desfalcos y actos de corrupción en caso de Triple A, de participar en la corrupción de recursos de Odebrecht para la inversión de los arroyos y estar involucrados en algunos negocios de estafa al estado en las conocidas escandalosas investigaciones de los Nules. Pero le han inculcado a la mayoría de los ciudadanos en su inconsciente, la frase celestial “Roba pero hace”, sin importar su ética y moral pública y de haber construido la mejor ciudad del mundo, situación que hoy se destapa como un espejismo social, ante los indicadores sociales como informalidad, pobreza y miseria.

Estos gobernantes han tomado la Alcaldía de Barranquilla como su gran negocio de familia para establecer el “poder dominante” en lo urbanístico, construcción, económico, contratación estatal, político, electoral y corrupción. Y han llevado a nuestra ciudad a un endeudamiento cerca de 4,5 billones de pesos y con el nuevo plan de desarrollo 2020-2023 aprobado por los concejales, se va a llegar a 5.7 billones de pesos de endeudamiento hasta el año 2042; es decir, los niños que nacen en estos momentos ya tienen déficit o deuda per cápita.

Y de esta manera, le han vendido a Colombia y al universo, que tenemos el mejor modelo de salud de América Latina, la mejor Educación, excelente movilidad, un excelente paraíso fiscal, transparencia, honestidad, la menor tasa de desempleo del país con el 8%, garantías del proyecto ambiental y un proyecto de cultura ciudadana. Por otro lado, han aprovechado la sencillez, humildad, sensatez y emociones del barranquillero; y le han inculcado estratégicamente a los ciudadanos que la felicidad del Ñero es el junior, el carnaval, la carrera 8 y los estaderos musicales.

Por eso en cada campaña política se contrata jugadores como Borja, Viera, Geovanny Hernández, Moreno y Valencia, entre otros. Lo cual permite tener a la mayoría de los ciudadanos emocionados y alejados de la realidad en una “Ciudad de Cemento” donde se han invertido más de 20 billones de pesos en los últimos 12 años en cemento, pero en inversión social y humano muy escaso, donde existe una buena infraestructura en salud pero con la pandemia se demostró que sistema de prestación es deficiente y sin capacidad hospitalaria.

Por estos antecedentes hoy no vengo a defender lo indefendible como es la “indisciplina social” que ha infectado a miles del Covid 19 en nuestra ciudad, pero “el que siembra tormentas recoge tempestades”, lo cierto es que nuestros gobernantes nunca se han preocupado por implementar un proyecto de educación con formación desde la cultura ciudadana y de principios éticos, honesto, transparente y buenas costumbres, sino, por enriquecerse más con los dineros del pueblo.

De esta forma, lo que se ha promovido desde la Alcaldía es una ciudad con buena infraestructura a pesar de los altos niveles de pobreza y miseria, y con manifestaciones desde la chabacanería, el perrateo, el alcohol, el irrespeto, la corrupción ; el pantalón, la camisa y cachucha rota, desde la estimulación emocional y eso es lo que hoy se recoge en la “indisciplina social” promovido por los gobernantes de turno y ahora quieren echarle las culpas a los ciudadanos desde la estigmatización y señalamientos cultural de indisciplinados y desobedientes, a un pueblo que hoy tienen hambre y necesidades en más del 56% y un nivel educativo que es privilegiado por los estratos. Y quieren resolver la situación con pie de fuerza pública, con 400 militares y miles de policías, con ofensa cultural y descrédito popular, donde lo que necesita es: un equipo científico de la salud que aporte soluciones, brindarles alimento a la población, brigadas integrales barriales: acompañamiento, asistencia profesional sicológica, médica y garantizar los protocolos de tratamiento al Covid 19 al infectado y una prestación del servicio con garantías de calidad y capacidad hospitalaria. De lo contrario la pandemia seguirá su curso en una catástrofe humana en nuestra ciudad, en la dirección de un mandadero de los que se creen dueños y amos de clase política de nuestra ciudad y del departamento.

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