Anuncios para un fraude cantado

Por: Pedro Lara Castiblanco

¿Qué haremos?

Las polémicas declaraciones del Registrador Nacional, Alexander Vega, quien con una diferencia de horas dijo que los datos estadísticos del Dane no son confiables, refiriéndose al censo de población que a la larga es la base del censo electoral y la joya que demuestra su ineficiencia y parcialidad, cuando le dijo a la oposición que «El que no sienta garantías para las elecciones no debería presentarse», han dejado al país con ese interrogante.

¿Qué tendremos que hacer quienes estamos alertando sobre la posibilidad de un fraude, si la máxima autoridad electoral no confía en los datos de su colega de Gobierno, EL DANE, y si considera que quienes temen que podría haber fraude no deben postularse?

Escuchar al Registrador y seguirle la onda, sería tanto como ingerir una comida envenenada, a sabiendas de que tiene cianuro, como sería el caso de hacer las elecciones aceptando que los datos del censo no son confiables y no postularse por temor al fraude es como encerrarse en la casa, mientras los delincuentes se pasean campantes, esperando a ver quien se atreve a lanzarse a las calles para asaltarlo.

Llama la atención que en ambos casos nadie del alto Gobierno, comenzando por el Presidente Duque; ¡¡nadie!!, ha salido a pedir explicaciones sobre semejantes afirmaciones del Registrador, quien en un alarde de clásico cinismo anunció que habrá una comisión internacional de observación electoral que garantizará la transparencia y garantía de los debates.

Preguntamos: ¿Cuál transparencia si no hay claridad sobre los datos del censo, los que según el Registrador no son confiables?. Y ¿Cuáles garantías, si quienes temen que podría haber fraude no son escuchados, mucho menos atendidos y por el contrario, autoritariamente se les dice que no participen?.

Los días de polémica por semejantes hechos, que dejan en evidencia que si habrá fraude continuarán, constituyéndose en otro factor de polarización, agenciado por altos funcionarios del Estado que sin desparpajo alguno se muestran tal como son y expresan, de frente, sus irracional concepto sobre el arte de gobernar.

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