Carlos Monsiváis: Cronista Mayor

Carlos Monsiváis el cronista mayor, el libre pensador de México y uno de los más importantes narradores de Iberoamérica, cumple hoy diez años de su partida, dejando un vacío gigante en el periodismo de la región que se nutrió de sus historias y ensayos construidos con el arte de la ironía.

Por Edelmiro Franco V.

Carlos Monsiváis el cronista mayor, el libre pensador de México y uno de los más importantes narradores de Iberoamérica, cumple hoy diez años de su partida, dejando un vacío gigante en el periodismo de la región que se nutrió de sus historias y ensayos construidos con el arte de la ironía.

Monsiváis —quien nació en 1938 en la ciudad de México— nunca perdió su capacidad de asombro para abordar todos los temas que sus contertulios le pusieran en encuentros informales o en eventos sociales, culturales y políticos. Siempre estaba enterado de todos <> de la ciudad de México y cuando le daban la oportunidad exponía sus propias historias de vida.

“A Monsiváis se le escuchaba porque nadie se atrevía a controvertir sus conocimientos”, contó en una ocasión en Bogotá, el crítico de cine, el mexicano, Carlos Bonfil, quien compartió en más de una ocasión tertulias en la casa del cronista en la ciudad de México.

En el 2001 y 2002 Monsiváis estuvo en Bogotá atendiendo compromisos académicos y en esas dos ocasiones tuve la oportunidad de entrevistarlo en la universidad El Rosario y en una conferencia internacional sobre la violencia contra los medios de comunicación.

En el décimo aniversario de la muerte de Monsiváis, retomo sus reflexiones sobre el significado del reportaje y sus tesis sobre justicia, perdón, memoria y olvido; la epidemia del Sida y las multinacionales, temas que siguen en la agenda política de América Latina.

PERDON Y OLVIDO ES UN DISPARATE: MONSIVAIS

Monsiváis, participó en agosto del 2001 en el V Dialogo Mayor sobre Cultura Política y Perdón, en la Universidad El Rosario y allí planteó que los crímenes contra la humanidad y la corrupción son imperdonables. Expuso una crónica histórica del concepto del perdón, olvido y memoria, en las sociedades contemporáneas.

Para el cronista mexicano, el mundo actual vive una verdadera tragedia, una violencia monstruosa y puso como ejemplo a Bosnia y Herzegovina, Serbia, Macedonia, Israel y la situación en América Latina, “es otra demostración elocuente para no citar lo que sucede en los países africanos”.

Lo que está ocurriendo en África con la epidemia del Sida, la falta de recursos y el egoísmo de las transnacionales de las farmacéuticas, es una “verdadera tragedia” de la humanidad, es “un acto de genocidio comparable con cualquiera del siglo pasado”.

Sin embargo, para el cronista y ensayista mexicano, en la actualidad hay una mayor “conciencia de los derechos humanos, más extendida y es un cambio fundamental. Hay una capacidad informativa de globalización de la noticia, que también influye y que influyó en Serbia”.

«La disposición de las matanzas tiene que ver con la minusvalía de la vida humana”, sostuvo Monsiváis, a quien le cuesta renunciar a la idea de justicia ante los criminales monstruosos en función del <>.

Ante la imposibilidad de detener la violencia brutal es necesario inventarse formulas y entre ellas está la del perdón, pero “sigo creyendo que si hay crímenes contra la humanidad no son perdonables”.

Y en cuanto a la corrupción -que es otro flagelo que carcome la sociedad Latinoamericana- el perdón también es imposible, porque es un acto suicida contra el Estado. En cualquier sociedad -dijo- << la corrupción es un hecho categórico que exige respuestas jurídicas, si en México se implantara perdonar a los corruptos yo haría solo una manifestación>>.

Para Monsiváis lo que está en juego “no es la corrupción, no es la debilidad ni la estructura putrefacta de los gobiernos, lo que está aquí en juego es la viabilidad nacional y no creo que sea solo el caso de Colombia”.

Lo que se planteó en el encuentro de la Universidad del Rosario no es << si se perdona al Estado, sino un sistema de cancelaciones de las respuestas jurídicas y de las venganzas en pos de la unificación nacional>>.

No existe una fórmula de perdón y olvido porque << el perdón es una forma de desechar el olvido para mantener la memoria de las víctimas y la memoria de los desastres. Si el perdón fuera una fórmula de olvido, seria inoperante, seria funesta. El perdón no puede ser nunca una fórmula de olvido en ningún país, tiene que ser la decisión de recordar siempre a través del pacto. Puede que ese recuerdo sea en materia colectiva el último, si no, no tiene sentido>>.

«La idea de perdón y olvido me parecería un disparate>> y reivindicó la tesis de “perdón y memoria”. En este contexto, para Monsiváis, lo que más le aterra en América Latina es la miseria, <>.

Para el escritor mexicano << la miseria es desinformación, la miseria es el olvido de reglas humanitarias, la miseria es desdén por la vida humana, la miseria es la seguridad de la impunidad de los poderosos, y la continuidad del monstruoso neoliberalismo>>.

EL REPORTAJE PROPORCIONA EL ESCALOFRÍO DE LA VERDAD

«No creo que haya un hecho que me afecte tanto, aunque puede sonar muy retórico como lo estoy diciendo. La miseria es la idea clara de que la irracionalidad es el plano dominante de la vida Latinoamericana (…) La miseria impide que la gente se beneficie de los grandes estímulos culturales. La miseria multiplica la violencia intrafamiliar. Lo claro es que no hay un hecho tan definitivo como la miseria (…) >>

El reportaje investigativo es un género que le proporciona al lector el escalofrío de la verdad y sirve para frenar la impunidad que en América Latina se está constituyendo en un Estado Alternativo, sostuvo el escritor mexicano Carlos Monsiváis.

Para el cronista urbano, el reportaje investigativo está tomando una importancia extraordinaria en los medios de comunicación y en la propia opinión pública y como periodista anotó: “Yo trabajo la crónica y con todo dolor de mi corazón, confieso que es un género que casi esta desahuciado por los lectores, porque el reportaje de investigación lo cubre todo”.

Monsiváis sostuvo que el reportaje investigativo es «literatura, al margen como este escrito, porque los personajes surgen de tal modo extraordinarios que son literatura en sí mismo, son novelas que solo esperan a un escritor>>. Los expresidentes Carlos Menem de Argentina, Alberto Fujimori de Perú y su exasesor, Vladimiro Montesino filmando videos, son casos extraordinarios que dan para reportajes investigativos.

«El reportaje investigado le proporciona al lector el escalofrío de la verdad, que ya es una cosa frecuente. El conocer aquello que estaba oculto, disfrazado y de pronto resulta que tus intuiciones son ciertas. Este género periodístico es el único << freno contra la impunidad que todavía no tiene las consecuencias jurídicas necesarias>>.

Pero además no necesita ninguna política de estímulo porque es una demanda de los lectores cada vez mayor. Es un género “que ha conocido más éxito y es el que lo seguirá conociendo, porque como nunca se tiene la impresión de que la realidad conocida era un exceso parcial y ahora se está atisbando por fin la posibilidad de encontrarse con lo que verdaderamente ocurre>>.

Monsiváis, quien participó en la conferencia internacional sobre violencia contra los medios informativos en Colombia, advirtió que la impunidad en América Latina se está constituyendo en un Estado Alternativo y el triunfo de ella es “el paso previo a la demolición del Estado”.

De ahí que los medios de comunicación se deben enfrentar a este fenómeno de impunidad en la región y el género por excelencia para descubrir lo oculto y decir la verdad, es el reportaje investigativo.

En el caso de México, el 94 por ciento de los delitos están cobijados por la impunidad, mientras que en Colombia es del 97 por ciento, por ello el papel de los medios de comunicación para enfrentar la impunidad como Estado alternativo, es «muy valiente y brillante».

Pero –advirtió– la prensa tiene un límite y esta es la falta de consecuencias porque «se denuncia y se sigue denunciando. Queda claro muchos de los nombres de los responsables de los actos delictivos y después no pasa nada. La prensa tiene un límite marcado por el poder judicial y por la falta de decisión del poder ejecutivo y por la fuerza misma de los poderes económicos. No está en la prensa las consecuencias legales, jurídicas y políticas de sus denuncias y la prensa debe saber eso».

Para Monsiváis ese Estado alternativo de la impunidad, no está tocado en lo fundamental porque las denuncias no tienen una consecuencia legal, política y social y por ello cree que se va a fortalecer- en el caso de México–. << El cinismo es uno de los lenguajes de la impunidad>>.

El escritor mexicano está convencido que la opinión pública se puede convertir en una << fuerza no solo declarativa sino actuante>>, lo que le permite alcanzar niveles de protagonismo impresionante. En Argentina, por ejemplo, se requirió << un desastre económico sin precedentes para que la opinión pública tuviese ese papel>>.

Monsiváis también hizo referencia a la importancia que tiene para la democracia y para la salud mental, que la publicidad de los medios de comunicación en México ya no depende en el 80 por ciento del Estado. En la actualidad el 60 por ciento de la pauta publicitaria en los medios de comunicación es de origen privado y el 40 por ciento proviene del Estado.

El primer resultado de esta situación es “de salud mental. La crítica directa al presidente de la República, a los ministros, a los generales y clérigos, es una gran demostración de salud mental en el mejor sentido del término. Esto es posible porque no hay el compromiso tan elaborado y directo de los medios con el poder constituido y eso abre la posibilidad de una opinión publica actuante”.

“Creo que estamos todavía (en México), en el momento de la opinión pública que toma la palabra, pero no la opinión pública que tiene oportunidad de acción”.