A propósito del amor

Naces solo y mueres solo, y en paréntesis la soledad es tan grande que necesitas compartir la vida para aliviarla».-

Érich Fromm

Por: Joaquín Baena Arévalo

Es muy común encontrar personas que se enamoran de figuras  inalcanzables, artistas, intelectuales o personajes con mucha fama, incurriendo en lo que llamamos “amor platónico”, caracterizado por la ausencia de contacto físico, ante la imposibilidad de alcanzar a ese supuesto amado o amada en razón de barreras, de realidades socioeconómicas ,culturales,o relaciones espacio – temporales ,entonces se recurre a la existencia de un sueño en el mundo de las ideas, hablamos de un “amor platónico”, como aquel que sólo existe en nuestra mente, ausente de tangibilidad sin contacto con lo deseado.

En el banquete, libro escrito por el filósofo griego Platón, este pone en boca de Sócrates un diálogo con Diotima, donde ella explica que los dioses hicieron una gran fiesta para celebrar el nacimiento de Afrodita; Poros dios  de la abundancia, se embriagó y salió a reposar a un jardín, fue visto en ese estado por Penia, diosa de la pobreza, quien aprovechó su embriaguez para copular con él, naciendo ese mismo día Eros, dios  del amor, con esto concluimos que el amor es una mezcla  entre la abundancia y la miseria.

Para la filósofa griega de Maratea, Eros no es bello, si fuera bello no  buscara el amor, pero tampoco es feo, el hecho que no sea bello no quiere decir que sea feo, el amor florece un día por la genética de su padre Poros, se  cubre de abundancia, de alegría y entusiasmo, pero también muere y se marchita por el ADN de su madre Penia; el amor es un péndulo que va entre la abundancia y la ausencia, es estacionario, le llega la primavera y le llega el verano, puede morir y nacer en otro cuerpo, en otra alma.

Para Sócrates el amor es siempre querer poseer lo bueno; lo bueno es lo que se acerca a los dioses, a la inmortalidad, y para hacernos inmortales buscamos la perpetuidad, no sólo lo hacemos a través de la genitalidad, de la procreación en la prolongación con nuestros hijos, sino también con nuestros pensamientos, con nuestro legado intelectual, el amor no se proyecta solamente en lo pasional sino también cuando se conquista y se descoloniza el alma de otra persona llevándola a ser autónoma, crítica e independiente.

El amor es la búsqueda de la belleza y la belleza es la inmortalidad, la que intentamos alcanzar preñando físicamente o preñando el alma, esta última preñez está más cerca de la inmortalidad, nosotros no recordamos a las personas por el número de hijos, las recordamos por sus aportes al conocimiento, al saber, por eso reconocemos a pensadores de hace 2.500 años, no sólo somos seres para la muerte como decía Heidegeer y Sartre: somos también seres para la trascendencia, somos los únicos que trascendemos y nos inmortalizamos,  preñando no sólo físicamente, sino preñando el alma, transformando seres, sociedades, la humanidad, con nuestros aportes y saberes; la preñez física la hacen todos los animales pero la preñez del alma, con la enseñanza, el legado y la pedagogía sólo la hacemos los racionales por eso somos demiurgos, somos pequeños dioses y dentro de las cosas más grandes que creamos está la cultura y con la cultura el amor; cuando estamos al lado de una persona se construye, se crece, se preña, se suma,por eso el amor está ligado a la sabiduría, el amor es búsqueda y todos en el fondo somos filósofos; buscamos el amor ,buscamos la sabiduría y cuando inducimos a nuestra pareja por ese camino no sólo la preñamos físicamente sino también en el saber.

Lógicamente en los encuentros genitales, no sólo hay una trasmisión o intercambios de fluidos, de preñez del alma ,sino que es el acto más íntimo donde intercambiamos también energía,amor no es sólo placer, goce; va más allá, no todo encuentro sexual está lleno de amor pero si donde hay amor el encuentro sexual es pleno; estamos refiriéndonos a Eros; hay otro tipos de amores como Philia y ágape.

En Aristófanes encontramos la versión de la media naranja que explica que cuando fuimos creados teníamos tres sexos, el masculino, el femenino y el andrógino que era la mezcla de los dos sexos, nuestra configuración era redonda, dos personas juntas y tan perfectas que decidimos competir con los dioses.

Zeus para controlar nuestra soberbia nos dividió con un hilo en dos seres, desde entonces andamos buscando nuestra otra mitad, nuestra otra pareja, que nunca la encontramos pero sirve para entretenernos; a partir de aquellos hechos nacemos incompletos, siempre necesitamos de alguien para intentar completarnos; lo femenino necesita lo masculino y lo masculino de lo femenino.

El taoísmo nos dice que lo masculino es el YANG y requiere del YING que es lo femenino para poder encarnar la armonía en esa incompletud, siempre vamos a necesitar de lo masculino y lo femenino. Por otro lado Hegel nos habla de la tesis, la antítesis y la síntesis como un imperativo del espíritu absoluto, todo lo existente se dinamiza, hace dialéctica en el encuentro con el contrario para producir una forma superior y más armoniosa; luego entonces en Sócrates, en Aristófanes y en Hegel el amor más que romántico es una necesidad de la naturaleza humana buscando superar sus carencias para encontrar estados más armoniosos; es una búsqueda eterna por la completud.

Al respecto Erich Fromm nos dice que el amor es un desafío constante, no un lugar de reposo , sino es moverse, crecer juntos, es la preocupación activa por el ser que queremos, estar pendiente más de amar que de sentirnos amados . El amor es esa paradoja de buscar la otra mitad de que hablaba Aristofanes tratando de fundirnos en uno solo y no obstante seguir siendo dos .

Es necesario decir que el neoliberalismo y las sociedades de consumo han trasformado el amor en una mercancía donde concurrimos para hacer intercambios amorosos de acuerdo a nuestras posibilidades de intercambio .

De manera que teniendo como referente las contextualizaciones socioeconómicas debemos decir que el amor aún así , es una construcción , es una doble vía de afectos y no es un mero frenesí sexual , que al decir de Epicuro ,ese frenesí nos da el placer y la felicidad del momento más no el verdadero placer , lo momentáneo aplaca nuestras ansiedades, traumas y debilidades mentales pero no la satisfacción de completud para caminar en ese paréntesis de soledad que encontramos entre el nacer solos y partir solos.

Ojalá los esquemas que gobiernan los mercados no sean los que sigan gobernando nuestros sentimientos de amor, antes por el contrario que se manifieste las “loas” a Eros , ese dios de la mitología griega que representa la pulsión de vida y el equilibrio , por ello debe priorizarse la humanización del amor que armoniza con la premisa freudiana del “deseo de union “ donde todos podamos disfrutar de la más auténticas relaciones amorosas , dicho en palabras de Fromm : “el amor es el poder activo que atraviesa la barrera que separan al humano y lo une a los demás (…) para superar su sentido de aislamiento “.

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